En el mundo de la televisión y la radio, a menudo admiramos los rostros y voces que dan vida a nuestros programas favoritos. Pero detrás de escena existe una realidad diferente: una en la que los aspirantes y buscadores de empleo son recibidos con indiferencia, o peor aún, con un rechazo absoluto.
Demasiadas veces, quienes toman decisiones responden a las solicitudes con un comentario condescendiente: “Hemos seleccionado a los mejores”. Pero, ¿qué significa realmente “mejores”? ¿Quiere decir los más talentosos, o simplemente los que tuvieron la oportunidad primero? Tener un asiento en la mesa no significa necesariamente que alguien sea el más hábil; solo significa que le dieron una oportunidad.
Por lo que he visto y escuchado, muchos de los que trabajan detrás de escena no destacan por su verdadero talento. Su posición se debe más a conexiones y circunstancias que al mérito. Mientras tanto, las voces nuevas y las mentes con ideas frescas son ignoradas, no porque carezcan de capacidad, sino porque no forman parte del círculo interno.
Es hora de que las organizaciones de medios reconsideren su enfoque, promoviendo un ambiente en el que se otorgue oportunidades a quienes realmente aportan algo especial al oficio, en lugar de basarse en suposiciones obsoletas sobre quién “merece” estar allí.